Yuké Hermoso






 Tus ojos, mi  xilema hacia el amor.

Es tu Yuké, el pulmón de mi propósito.

Me refugia de Juracán.

El dios del caos se desvía.


Conozco mi primera risa.

Palpo mi primera caricia.

Tu dulce voz de amapola, 

sagrario de poder, La Palabra.


Rejuvenéceme, nútreme, respírame.

Como rocío, alégrame. 


Es tu manantial, lo más sagrado.

Tu alma, donde quiero beber.

Hasta quedar curado de amor.

Tu verde sombra y brisa

blanca, me traen vida y sosiego.



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