Montones mi Pedazo de Divinidad
Azul tornasol que vivificas y me refrescas
Dame esperanzas tiernas de los primeros gozos.
Mar donde entre tus olas apasionadas, ya no hay sollozos.
Mas si brisas frescas, que son como sabanas
de noche de descanso. Son un cariñoso abrazo de mar
de sirenas, musas como bálsamo.
Tus colores de azul verdadero, cielo y océano, arena terapéutica
llena de posibles caracoles que decoran mi paisaje.
Sumergirme en ti es como beber de un manantial puro.
Agua sutil y vivaracha, Sol resplandeciente y fulgoroso.
Es toda una variedad misteriosa de códigos evolutivos.
y estéticos en la arena: sedimento, caracoles,
que llegan a su fusión con una cortina de azul
cristalina que refleja al Dios del ocaso.
El espectro electromagnético
es Elohim que conjuga bella
poesía de mar, playa, cielo, nubes
de arte abstracto que decoran
la bella fotografía, tal vez pintura.
Rio salado, que es cielo estrellado
con constelaciones que acarician mis pies.
Sepulto mis pies en la arena de Montones
y me siento refugiado por el universo
y arropado por el amor.
La esperanza y el gozo de tu mar,
vivo esta en reposo. Lleno de peces vuelan
y aves costeras que los acechan.
Grande es tu vacío de Jacinto por el que el mar atrecha.
Atrecha para subir peldaños de cielo.
Senda tablada es la ruta entre pinos hasta accidente bello.
El pozo Jacinto por el cual el mar erupciona,
es un espectáculo que a cualquiera impresiona.
Conmueve la grandeza del mar y su poderío.
Al ver el camino hacia un mar turquesa y de corales
que proveen sombra, quedo satisfecho.
Una vereda entre un túnel de uvas playeras,
hacia jobos nos lleva.
Ver el plato del mar recuerda miradas serenas.
Ellas alivian como descanso
luego de un día surfeando entre olas.
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