De cualquier Maya...
EPOPEYA DE UN TAL ARIJUNA (Arte por Agustín Quintero) El joven robusto y de rostro juvenil miraba los hologramas como a unos videojuegos. El Oasis era hermoso; un refugio del desierto de Juracán. Pero la maestra Cardona sabía que estaba absorto a este mundo cibernético, tanto que se olvidaba de la realidad en su entorno. La vida allí, después de todo, era más fácil. -¿Ya como que no te gusta la música, verdad?- cuestionó Vicky Cardona, la maestra de música. -Me da igual.- contestó el joven estudiante de música mientras miraba los hologramas en su entorno y subía sus propios hologramas con su tele comunicador. -¡Mírame, Tobías Arijuna ! ¡Por favor abandonemos este Oasis antes de que te haga más daño! -. En las afueras del oasis, la madre de Tobías estaba reunida y gesticulando. Ella, sin lugar a dudas, parecía molesta. -Ese hijo suyo está como que, muy sedentario. Se entretiene entre hologramas y vive tras el rastro de Maya , que no hay duda de...